jueves, 13 de febrero de 2014

Invasión alienígena y Pete Sampras

De lo que aconteció en uno de mis sueños...



No estoy seguro de si el día era muy soleado, pero era de día; caminábamos Alberto, Fran, Miguel y yo por la avenida de Navarra, junto al centro cívico delicias, hablando sobre el plan que teníamos para esa misma noche. Fran, aunque fuera solo en un sueño, había dejado atrás las muletas y cantaba alegremente: "Voy caminando por la vida, sin pausa pero sin prisa..."

Justo en el momento en que cruzábamos el semáforo que dejaba atrás el centro cívico Miguel dijo:
-Si os apetece, podemos cenar en el Picota - dijo viendo que hasta el momento no se había propuesto ninguna alternativa - unas bravicas y un bocata.
-¿Qué os parece un Blue? - añadió Alberto, queriendo repetir el plato de pollo picante de la semana anterior y del que nunca se cansaba. 
Lo cierto es que el hecho de decidir el plan para la cena pronto iba a quedar en un segundo plano.

De repente interrumpimos la conversación debido a un gran estruendo que parecía provenir del cielo. Nos giramos los cuatro a la vez y miramos hacia arriba en busca de la fuente de dicho sonido. Sonaba como un avión al despegar pero en un tono más grave. A lo lejos vemos un Objeto Volador No Identificado que se acerca y tras unos segundos, y a punto de estrellarse contra el centro cívico, caemos en la cuenta de que se trata de un de transbordador espacial. Tras estrellarse se genera un caos de gente gritando y corriendo para todos lados.En ese momento los cuatro nos miramos sin saber que hacer pero cuando comenzamos a oir explosiones alrededor del centro cívico, se nos despejan las dudas, hay que alejarse de allí lo antes posible. 
-¡Corred! - les digo a los demás señalando en dirección a mi casa - ¡hacia mi portal! 
Todos parecen estar de acuerdo y emprenden la carrera de huida.

Entre todo ese caos de gritos y carreras me doy cuenta de que están saliendo como unas cápsulas de gran tamaño del transbordador, que tras caer al suelo con gran estruendo se abren. No entiendo nada, y solo pienso en salvar mi culo llegando a casa lo antes posible. En ese momento me creo capaz de correr los 200 m en algo menos de 20 segundos y al llegar al portal hacer la pose de Usain Bolt. 

Con la confusión del momento, me sitúo de nuevo y veo que ya estoy casi a la altura de mi casa, pero justo entonces cae una cápsula a escasos treinta metros a mi derecha que me hace perder el equilibrio y caer al suelo algo desorientado. Desde el suelo me doy cuenta que he perdido de vista a los demás y veo que de la cápsula están saliendo una especie de robocops azules empuñando algún tipo de arma atómica capaz de desintegrar el cuerpo de un ser humano provocando lo que espero que sea una muerta rápida e indolora. Se me pasa por la cabeza hacerme el héroe cogiendo el coche que tengo justo al lado, pero rápidamente olvido esta idea y decido quedarme donde estoy simulando que estoy muerto. Incluso intento meterme debajo del coche para estar más escondido. 
-¿Cómo se ha podido complicar tanto todo, si hace un momento estábamos pensando si cenar en un sitio u otro? - me digo a mi mismo mientras espero debajo del coche a que pase lo peor.

Tras unos minutos veo que no hay robots en la costa y me decido a salir de la madriguera. Supongo que se habrán ido con las cápsulas a otra parte. El paisaje es desolador: las calles llenas de coches estrellados con las luces de emergencia puestas, un autobus en la parada totalmente vacío, mucha ropa en el suelo que hace unos minutos estaba dentro de una personas aún sin desintegrar. No debo entretenerme más en ver el paisaje y por eso echo a correr hacia mi portal. La puerta está abierta y en la escalera no hay luz. Solo espero que los demás se hayan podido salvar...Al fin, tras subir a pie tres pisos llega a mi casa y abro... Hay muy poca luz pero la casa está llena de gente que parece que no ha encontrado mejor refugio que casa. Busco con la mirada a mis amigos pero los encuentro antes con el oído ya que una voz familiar sigue cantando: "Voy caminando por la vida, sin pausa pero sin prisa". Afortunadamente todos hemos evitado ser desintegrados por los invasores.

-Por los pelos - dice Fran dejando de cantar - y ahora, ¿qué?, ¿nos los cargamos o qué? - al parecer se habían hecho con un arsenal que parecía sacado de un juego de videoconsola, el cual estaba expuesto encima de la cama de matrimonio. 
-Creo que podríamos coger el bazoka, ese lanzagranadas y algunos rifles y subir a la azotea - digo yo como si estuviera a punto de echar una partida al Call of Duty.

Justo en ese momento alguien llama a la puerta. No sé por qué pero la abro sin mirar, con total confianza. Aparece ni más ni menos que  Pete Sampras que me dice en un perfecto español:
-¿Tenéis sitio para uno más? - a la vez que guiña un ojo.
-Adelante, Pete, pasa, pasa - le digo como si lo conociera de toda la vida.


CONTINUARÁ O NO...NO LO SE

No hay comentarios:

Publicar un comentario