lunes, 17 de febrero de 2014

Proyecto Manhattan


El proyecto Manhattan fue un proyecto científico llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial por EEUU, con la colaboración de Reino Unido y Canadá. El objetivo del mismo era la fabricación de bombas atómicas, construidas bajo los principios de fisión nuclear que adelantaron algunos grandes físicos de la época, que permitieran a los aliados una gran  ventaja sobre sus enemigos (en un principio alemanes, y más tarde como veremos, tras la derrota de éstos, sobre los japoneses) y también una posición dominante sobre un aliado como Rusia.

En la Alemania de los años 30 triunfó el nazismo liderado por Adolf Hitler. Éste se presentó como la solución a todos los males existentes en ese momento; el país estaba castigado por los efectos de la gran depresión y los disturbios callejeros hacían que se viviera en un ambiente de inseguridad, descontrol y miseria. A cambio el nazismo, prometía mano dura para acabar con los disturbios, trabajo y progreso. Con estos titulares, bien podríamos negar la maldad del nazismo, pero debajo de ellos había toda una teoría de remilitarización para deshacerse del yugo opresor de las antiguas potencias aliadas y de eliminación de los grupos sociales de obediencia extranjera (comunistas), y grupos de presión no alemanes (judíos) culpables de todos los males de Alemania. Además, alegaban que tenían derecho a recuperar los territorios que fueron suyos y asegurarse el espacio vital necesario...

El 1 de septiembre de 1939 Alemania invadió Polonia usando el pretexto de un ataque Polaco simulado. Tras esta invasión, Reino Unido dió dos días a Alemania para retirarse, los cuales, tras ser vividos con una gran tensión e incertidumbre, acabaron en la declaración de guerra de Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Canadá y Francia a Alemania.

En este contexto histórico el científico Niels Bohr informó en una conferencia en Estados Unidos sobre un posible experimento en Alemania sobre la fision nuclear aplicada a la construcción de una gran bomba. Era el comienzo de la carrera nuclear. Sin embargo, el físico que probablemente pensó más en la importancia de la investigación en este ámbito para la elaboración de una bomba atómica fue Leo Szilard, quien tenía una asombrosa capacidad para la predicción de los acontecimientos políticos. Pues bien, Szilard, consiguió que su colega Einstein, escribiera una carta al presidente Rooselvelt en la que se le informaba de la posibilidad de elaborar dicha bomba con uranio según los principios de la física teórica respecto a la fisión nuclear y se le animaba a hacerlo (en el fondo su temor era que los nazis la desarrollasen primero).

Mientras tanto en Europa, en 1940, Francia y Bélgica ya estaban en poder de Alemania y por tanto Reino Unido se encontraba bastante sola para hacer frente a los nazis. En este momento, Alemania y Reino Unido ya estaban investigando sobre la fisión nuclear (aunque Alemania lo abandonaría poco después ante, segun creían ellos, preocupaciones más apremiantes como el petróleo); es por ello que ante la situación desesperada por la superioridad de Alemania, la soledad en la que se encontraba en Europa y los ataques que estaba recibiendo, Reino Unido decidió compartir con Estados Unidos toda la información que poseía sobre la futura bomba atómica. Es en ese momento cuando Rooselvelt da luz verde a las investigaciones al más alto nivel, llegando incluso a no tener que rendir cuentas al senado sobre este gasto.
Durante este periodo, es notable la desaparición de todas las publicaciones científicas referidas a este tema; existía un secretismo total. Ya se empezaba a vaticinar que quien fuera capaz de construir una bomba con semejante poder de destrucción, tendría la victoria mucho más cerca.

El 7 de diciembre de 1941 Estados Unidos entró en la gran guerra tras sufrir un ataque sorpresa por parte de Japón en Pearl Harbor, donde murieron más de 2000 americanos y cayeron 19 buques de guerra. Japón, tras un pacto de neutralidad firmado con Alemania y centrado en la invasión del territorio chino, estaba sufriendo un embargo de petróleo por parte de ingleses, americanos y belgas que le impedía el abastecimiento necesario para seguir con la invasión del territorio chino; el embargo, unido a los escasos recursos con los que Japón contaba en su territorio, provocó que Japón, finalmente, decidiera entrar en guerra con Estados Unidos mediante este ataque.

La entrada en la guerra por parte de Estados Unidos supuso el impulso definitivo al proyecto Manhattan. El responsable científico era un brillante físico teórico de la Universidad de Berkeley, Robert Oppenheimer; el responsable militar era el rechoncho general Leslie Groves (el cual justamente había terminado en ese momento su anterior tarea como responsable de la construcción del pentágono).
El nazismo, provocó una fuga de los mejores científicos desde territorios nazis a Estados Unidos; en su mayor parte por tener relación de una u otra forma con los judíos. Uno de estos científicos fue Enrico Fermi, que aprovechando el viaje a Suecia para recoger el nobel, huyó al país americano. Fermi era un brillante físico, muy destacado por su capacidad experimental. Dicha capacidad fue aprovechada en la Universidad de Chicago para demostrar que se podía desencadenar una reacción en cadena controlada con uranio (pila nuclear).
Bajo un campo de squash se consiguió elaborar un reactor nuclear con óxido de uranio rodeado de grafito que era el material que absorbía los neutrones resultantes de la fisión. Es destacable el hecho de que si la prueba no hubiera ido según lo previsto, podrían haber destruido la ciudad de Chicago. Tras este experimento, la dificultad  se encontraba en la obtención del Uranio 235 y su separación del Uranio 238; existían dos opciones, una separación magnética o una por difusión gaseosa.

El general Groves, decidió situar el centro de las investigaciones en Los Álamos, Nuevo Méjico. En apenas dos años se desarrolló una industria del tamaño de la del automóvil, la cual consumía una décima parte de toda la energía de Estados Unidos. La inversión aprobada en 1942 por Roosevelt era de unos 1500 millones de €... La maquinaria estaba en marcha y el tiempo apremiaba con lo cual no era posible hacer plantas piloto para probar las predicciones teóricas.

Mientras tanto en los años del 1941 al 1943, lo más destacable en el apartado bélico era el enfrentamiento entre Rusia y Alemania. A pesar de que inicialmente Alemania avanzó con facilidad hasta casi Moscú, el Ejército Rojo resistió y procedió a un contraataque generalizado en el que al final acabó por recuperar todo el terreno perdido. Alemania se encontraba con las primeras derrotas duras, y comenzaba a ser bombardeada por Reino Unido.

No fueron pocos los escollos que los científicos tuvieron que superar en el Proyecto Manhattan y el ambiente que se respiraba era de trabajo contrarreloj, para poder tener lista la bomba antes del fin de la guerra.
Se descubrió entonces que existía la alternativa del plutonio como combustible nuclear, aunque también planteaba serias dificultades debido a la impurezas presentes en este material y que hacían que la reacción no se puedira controlar.
Finalmente se dió con un diseño en el cual en una bomba circular, en cuyo centro se encontraba el material radiactivo, se detonaban explosivos en el exterior que hacian que en el centro aumentara mucho la densidad y se desencadenase la reacción en cadena.
A finales de 1944, en una de las plantas de producción ya se producía Uranio 235 y se tenía suficiente cantidad para una bomba. Como en Estados Unidos se pensó que no era suficiene, porque era posible que fuera necesaria otra para poder doblegar al enemigo, se continuó con el proceso para elaborar una segunda bomba con Plutonio.
Como dato curioso, el personal del laboratorio pasó de 250 personas en 1943 a 2500 en 1945.

En 1944 Alemania sufrió duras derrotas en Polonia y el avance del Ejército Rojo sobre dicho país era un hecho. En el Pacífico, Estados Unidos avanzaba, pero al igual que Alemania, presentaba una desesperante actitud de no rendición y de lucha hasta el final. De ninguna manera iban a aceptar una rendición sin condiciones como pedía el presidente Rooselvelt.
Ya en otoño, los americanos dieron con un laboratorio alemán en Estrasburgo que les terminó de confirmar que Alemania hacía dos años que había abandonado la carrera nuclear. Todo apuntaba a una derrota final de alemanes y japoneses y, de hecho, en Yalta, Roosevelt, Churchill y Stalin se comienzaron a decidir cómo sería el mundo tras la guerra. Uno de los acuerdos era que Rusia entraría en guerra con Japón tras la capitulación de Alemania que tuvo lugar el 8 de mayo de ese mismo año.

El 12 de Abril de 1945 murió Roosevelt y le sucedió el vicepresidente Harry Truman, el cual, curiosamente no estaba al tanto del Proyecto Manhattan pese a ser vicepresidente. Las bombas ya casi estaban listas y justo antes de la conferencia de Postdam el 15 de Julio, Truman supo a través de un telegrama que la prueba, en la llamada "Operación Trinity" era satisfactoria. Habían conseguido con éxito, hacer estallar una bomba con 6 kilogramos de Plutonio en su interior con unas consecuencias devastadoras equivalentes a la explosión de 20.000 toneladas de TNT. A raíz de esto Truman cambió de manera visible su actitud y tomó las riendas de la conferencia, sabiéndose poseedor de una baza que posiblemente le daría una gran victoria sobre Japón. Rusia, ni siquiera fue invitada a redactar el acuerdo final. Muchos consideran que fue el comienzo de la guerra fría entre Rusia y Estados Unidos por las diferencias existentes respecto a repartos territoriales, gobiernos instaurados en los países y tipos de mercados, siempre a semejanza del modelo estadounidense.

Finalmente llegó el momento por el cual tanto se había esperado. Eran muchos tanto los millones de dólares como los esfuerzos humanos invertidos en el proyecto y al fin estaba lista Little Boy, una bomba uranio con un peso total de 4 toneladas. Llevaban más de un mes instruyendo a pilotos en el pacífico para realizar la operación y había varias ciudades candidatas sobre la cual dejar caer la famosa bomba. El día del bombardeo se hizo un vuelo de reconocimiento y se eligió Hirosima, ya que el clima era despejado. Se quería atacar una ciudad de tamaño medio en la cual el efecto de la Little Boy fuera total, en el sentido de dejarla destruída. Si se elegía una ciudad demasiado grande, quizás el resultado fuera menos impactante que si se atacaba una ciudad que quedara completamente arrasada.

A las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945, los relojes de Hirosima se pararon. Una bomba atómica había sido lanzada desde una altura de 9000 metros en el bombardero Enola Gay. La bomba estalló a 600 metros del suelo para que su efecto fuera, si cabe, más destructivo. Murieron 70.000 personas en el acto y otras 70.000 posteriormente debido a los efectos de la radiación. Tres días más tarde, el 9 de agosto, lanzaron la segunda bomba atómica, Fat Man, esta vez de plutonio y sobre la ciudad portuaria de Nagasaki, causando 80.000 muertos.

El uso de estas bombas y la invasión soviética de Manchuria hizo que el emperador japonés Hirohito se rendiese el 14 de agosto.

Es curioso ver que existe un doble debate respecto a la aparición de armas atómicas. Por un lado se alega que desde que aparecieron, el número de muertos en las guerras disminuyó drásticamente y que incluso se evitaron miles de bajas en futuros enfrentamientos con Japón hasta su rendición. Por otra parte no podemos olvidar la muerte de cientos de miles de personas inocentes esos dos días fatídicos para la humanidad. De cualquier modo, el Proyecto Manhattan es fascinante en todos los sentidos.




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